Este nuevo cabernet en el catálogo de Baettig es el único que no viene de Traiguén, sino de uvas de productores con viñedos de más de 30 años en las laderas de la cordillera de la Costa, en el Valle del Maule. Tiene diez meses de crianza en barricas y hay que tener mucho ojo con él, un excelente ejemplo de cabernet del Maule, una zona que no se asocia con esta variedad. Este tiene la rusticidad y la fuerza de taninos de suelos ricos en granitos, pero también es tremendamente floral y frutal, exuberante en nariz y en boca, y la acidez es refrescante.